A los 20 años debió migrar a Santiago y allá aprendió el oficio por parte de la familia de su padre. Hoy tiene dos hijos y dos nietos que mantienen la tradición organillera. Fue el abuelo Eduardo, abuelo de su padre quien aprendió y mantuvo la tradición en la familia.
Alejandro Enrique Muñoz Cáceres
Organillero